EXPERIENCIA DE VIDA: DIMENSIONES, METAS Y SUEÑOS

 Soy madre comunitaria hace 8 años, mi labor es brindar atención integral a 12 niños, niñas que tengo a mi carga y, una experiencia de vida que me marcó fue el momento que llegó cuarentena, cuando todos los colombianos por obligación nos tocó aislarnos de la sociedad, estudio, trabajo y más por un virus que se convirtió en una pandemia mundial sin prepararnos para afrontarla ya que, el gobierno no tomó medidas desde un comienzo y así no se habría presenciado tanta crisis económica, laboral, emocional en el País.

Según Pérez (s.f) todos los seres humanos tienen la capacidad de transformar sus vidas y las de los demás, la importancia de construir con disciplina, perseverancia, respeto, rescatar los valores, principios que se han perdido, tener una buena comunicación con la comunidad donde haya unión, las palabras sean   expresivas y motivadoras,  sin irrespetar a ninguno, fomentando en ellos armonía, cimientos para que puedan culminar o iniciar su proyecto de vida,  sean capaces de transformar el mundo con cambios productivos fomentando en ellos calidad de vida.

El estrés la ansiedad, el desespero, impotencia y miedo fue una de las causas más comunes que se presentó en los hogares colombianos donde, cambió la forma de atención a los 12 menores, pasando de lo presencial a lo virtual, usando principalmente el WhatsApp único medio de comunicación mas facil para algunas familias, porque no tienen ingresos para pagar internet, usando solamente datos cuando pudieron,   otros con llamadas telefónicas para comunicarnos, saber sobre el cuidado y bienestar de los menores.

Se presentó una problemática delicada para muchos hogares un calvario, me llamaron las mamitas de mis niños y niñas, para manifestarme sus preocupaciones, que les diera consejos no como madre comunitaria sino, como una persona particular y fuera de lo laboral, porque gracias a Dios siempre me caracterizo por ser atenta, comprensiva, solidaria y muy espiritual con todas las personas que necesitan de mi ayuda, brindado a mis mamitas usuarias confianza y lo más importante, los escuchó en momentos agradables y desagradables.

 Seis familias en especial, se sintieron angustiadas, estresadas e impotentes porque no sabían cómo repartir su tiempo, poder responder a las necesidades de los miembros de sus familias con todas las actividades en sus hogares, ya que tenían otros hijos estudiando la primaria, algunos el bachiller ya sus esposos, lloraban desesperadas porque los niños, niñas querían volver a los hogares comunitarios, no querían hacer las actividades, ni comer bien, querían salir a jugar en los parques, tener su vida normal y por más que sus padres o acudientes responsables les dialogaba, explicándoles lo que pasaba, era difícil aceptar y comprender;  mistuve no como madre comunitaria, sino como mamá que vivió una situación similar con mi niña, se me ocurrió hacer videollamadas por WhatsApp a estas familias, especialmente a los niños, niñas para que vieran a su profe que tanto querían y quieren. Fue duro al comienzo porque tenía que repartir el tiempo para las obligaciones laborales siendo extenuantes, ya que todo era de forma virtual un reto para mis compañeras, las responsabilidades de ayudar a mi hija con sus actividades, en fin.

           
           En estas llamadas lo que hacía era disfrazarme, con pelucas, me pintaba la cara les cantaba canciones infantiles, les contaba cuentos y hacíamos ejercicios, esto dos veces por semana, atendía las videollamadas que me hacían los menores hasta en las noches, fue agotador pero gratificante porque ellos hacian que mi dia a dia fuera mas agradable.  Por otro lado, con los niños, niñas me comunicaba de esa forma, porque necesitaban de mi apoyo, moral, ético y de amistad logrando encaminarlos a su propósito.

           A medida que pasó el tiempo las madres contaban las experiencias significativas, que tenían con sus hijos e hijas en sus casas, con positivismo, entusiasmo contaban que estaban más animadas, hacían las actividades que se enviaban, ayudaban a las mamitas con las tareas de las casas, recogían sus juguetes, los padres involucraban a los menores en actividades como cocinar, juegos de mesa, aseo de las casas, rutinas de ejercicios, estaban realmente activos, motivados y emocionados para poder ver a su profe con lo nuevo que irían a presenciar en la siguiente videollamada.

          Con todas las familias me tocaba hacerlo solo con llamadas y no presenciaban esto. Por tal motivo seguí involucrándome con los menores, cantándoles las canciones que mas les gustaron, les enviaba recetas dulces como hacer galletas, arroz con leche, ensaladas de frutas, que les gustaba mucho para que se hicieran junto con sus padres; así fue transcurriendo el tiempo con la pandemia. El día de la entrega de las RPP (alimentos no perecederos) que les daban cada mes a los niños, niñas por parte del ICBF, les enviaba con sus mamitas una carta escrita por mí, un dulce que ellos ansiosos esperaban felices al recibirlo, enviando notas de audio muy felices agradeciéndome.

          En ese tiempo tan difícil me di cuenta y le sigo dando gracias a Dios porque ejerzo esta bonita labor hace 8 años con amor, paciencia y responsabilidad que para mí ha sido enriquecedora, donde la pandemia nos enseñó a fortalecer los lazos familiares, los vínculos afectivos , a valorar más la vida, reflexionar y sensibilizarnos con el medio ambiente; los padres de familia muy a gusto y felices por los logros obtenidos con sus familias, donde hubo más comprensión, paciencia, corresponsabilidad y amor, me agradecieron por haberlos ayudado a pesar de lo que pudiera también estar viviendo con mi familia y, sacar el tiempo para fortalecer sus roles, capacidades y habilidades; así culminó el problema con estas seis familias especialmente con mis seis niños, niñas que necesitaban mucho del apoyo de su profe, que tanto extrañaban, la que les brindaba tranquilidad, confianza, alegría en un ciclo nuevo y, desconocido para ellos.

         Para mi fue muy gratificante, el haber logrado un cambio positivo a estas familias en un momento tan crucial ye sto merelacionado para iniciar con mi proyecto de vida, mis sueños, metas y darme cuenta de que nací para servir con amor:

Acorto plazo: 5 años, ser profesional en Licenciatura en Educación Infantil, comencé en febrero de 2021.

A mediano plazo: 10 años, obtenga vivienda propia garantizando tranquilidad y comodidad a mi familia.

A largo plazo: 15 años, Tener mi propia institución educativa, donde pueda seguir ejerciendo mi profesión, garantizando una atención integral a los niños, niñas, familias y comunidad en general especialmente a los más vulnerables.

 


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